Estamos comprometidos con las personas que necesitan un cambio profundo en su vida. Desde diversos enfoques psicológicos, trabajamos por la “brújula interior” que permite a cada persona reconocerse, relacionarse con el mundo, y tomar decisiones para su bienestar.
A un sistema interno formado de experiencias, creencias, emociones y valores que nos “guían” por la vida.
Cuando esta brújula interna está desorientada o descalibrada, las personas pueden experimentar culpa, resentimiento, pesadez, agotamiento emocional y una sensación de estar perdido, o abandonado a las circunstancias del presente.
Cada sesión es una experiencia única, y desde nuestro enfoque “mosaico”, se abordan áreas clave para cada persona.
Al inicio de cada sesión se define un objetivo o una necesidad específica desde lo mental, lo emocional y lo corporal.
Nuestro trabajo terapéutico se centra en ser ético, profesional, confidencial, así como en el cuidado y respeto por cada persona.
Es normal tener dudas antes de una sesión, consulta aquí las preguntas más frecuentes que nos hacen antes de agendar.
Las sesiones duran de 50 a 60 minutos. Algunas sesiones, sin embargo, pueden requerir un poco más de tiempo, sobre todo las sesiones iniciales.
Si, y a su vez, cada objetivo se conecta a un propósito mayor relacionado con el bienestar del consultante.
Mediante el diálogo terapéutico, el consultante y el terapeuta reconocen aquello que se necesita abordar.
El terapeuta cuenta con herramientas profesionales de indagación para reconocer un objetivo o una necesidad profunda.
El terapeuta es neutral y ético en la sesión, es decir, no tiene interés alguno en que el consultante tome ciertas decisiones. Además, el terapeuta es un profesional de la salud mental que tiene formación y experiencia en abordar casos similares.
A su vez, el terapeuta mantiene un enfoque centrado en el bienestar del consultante, logrando dejar fuera sus inquietudes, creencias o sentimientos personales.
En el proceso terapéutico, no hay riesgos en fugas de información, ni tampoco alguna influencia o manipulación hacia el consultante.
Finalmente, el terapeuta analiza, establece objetivos, utiliza técnicas y métodos de trabajo, propone alternativas y construye confianza desde el espacio terapéutico.
Depende mucho de cada persona, sus necesidades, inquietudes y posibilidades. Lo más usual es semanal o quincenalmente.
Algunos procesos son tan breves como una sesión, y otros requieren mayor tiempo. Usualmente un proceso terapéutico requiere de 10 a 15 sesiones.
La duración del proceso se relaciona con el objetivo que definen terapeuta y consultante.
Cuando hay congruencia entre lo que se piensa, se dice, se hace y se siente.
Cuando los pensamientos desagradables no ocupan un lugar principal en nuestra atención
Cuando hay una sensación de paz, liviandad y confianza.
Cuando utilizo recursos y habilidades para caminar hacia mis objetivos
Cuando avanzo en temas atorados, o puedo conversar sobre aspectos que antes tenía aislados o reprimidos
Cuando siento que mis relaciones primordiales son de mejor calidad
Cuando tengo claridad sobre lo que quiero y necesito
No, hay un marco ético y de cuidado a cada persona. El trabajo terapéutico se apoya en la confianza y en el trabajo desde las necesidades fundamentales asociadas al bienestar.
Las herramientas y metodologías son objetivas y neutrales, es decir, no responden a un interés político, religioso, de credo o identidad alguna. Son universales y aplicables para cada ser humano.
Depende mucho de cada persona, de sus necesidades y de la etapa del proceso. Algunas personas responder mejor a la sensación de complementar la sesión con actividades en día a día y otras no.
Lo que no hacemos es dejar “tarea” como en un salón de clases, o llenar de lecturas que no hagan sentido al proceso terapéutico.
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